La Insuficiencia Renal Crónica y su relación con nuestro desempeño sexual
El
aumento de la glucemia en el diabético, produce un engrosamiento de la
pared de los pequeños vasos sanguíneos. Eso lleva a la microangiopatía
diabética, complicación crónica que puede concluir entre otras afecciones, en la Nefropatía diabética (lesión renal) y de ahí, en la insuficiencia renal crónica.
Nos podemos preguntar, ¿qué relación tiene esta complicación, con nuestro desempeño sexual?
El
problema radica en que la lesión renal produce disfunción endotelial y
por ende, trastornos de la fase de excitación que en la mujer, se
traduce en disminución de la lubricación vaginal y en el varón,
disminución de la erección.
Más adelante, veremos, el resto de las consecuencias sobre nuestra sexualidad.
Si
bien, la insuficiencia renal crónica, puede ser originada por distintas
afecciones, se sabe que hoy en día, 6 de 10 pacientes en diálisis, son
diabéticos.
Si consideramos que, según distintos
autores, hasta un 80% de los diabéticos pueden sufrir disfunción
eréctil, tenemos que de 10 pacientes hombres en diálisis, 6 son
diabéticos y 5 tienen disfunción eréctil, sólo por la diabetes.
No
hay cifras concretas del porcentaje de afección de la excitación
femenina, pero sabemos que existe si, una clara influencia vascular en
la diabetes y en la insuficiencia renal crónica.
Debemos
saber que la insuficiencia renal crónica, tiene, por distintos razones,
influencia en nuestra sexualidad, y no sólo por causas vasculares.
De por sí, cualquier enfermedad crónica que produzca un malestar persistente, influye en el deseo sexual en lo psicológico.
A
eso debemos agregar la disminución de la testosterona (hormona del
deseo, tanto en hombre como en la mujer), a consecuencia de la
insuficiencia renal crónica.
Es frecuente el prurito (picazón) generalizado sobre todo cuando no se ha empezado el tratamiento.
La
anemia, es otro elemento que, al disminuir el tenor de oxígeno en
sangre, genera menor oxigenación y por ende disminución de la
lubricación y disfunción eréctil.
En
un grupo de pacientes de los cuales 80% eran trasplantados y 20%
estaban en diálisis y con un promedio de edad de 40 años, todos
presentaron disfunción eréctil. ( Lue 1998).
La
misma, era independiente de enfermedad vascular generalizada, pero sí,
dependía de una enfermedad vascular de las arterias que llegan al pene y
en el 90% de estos pacientes, se asociaba la alteración del sistema
venoso que retiene la sangre en el pene, durante la erección. A esta
alteración se la conoce como síndrome veno-oclusivo.
Se comprobó además
que, los pacientes sometidos a tratamiento precoz de su insuficiencia
renal crónica, tardan más en desarrollar una disfunción eréctil.
Tanto
en el varón como en la mujer, se compromete no solo la fase vascular de
la respuesta sexual, sino también, debido a los frecuentes fracasos va
disminuyendo el deseo sexual y se altera la fase orgásmica.
En la mujer el orgasmo se retarda o desaparece, lo que conocemos como anorgasmia.
En
el varón el orgasmo puede estar acelerado cuando la falla eréctil
genera una compensación involuntaria al quererse aprovechar la respuesta
que se obtuvo desencadenándose la eyaculación en forma precoz.
En otros varones, se retarda el orgasmo, como consecuencia de la neuropatía asociada a la insuficiencia renal crónica.
Como
siempre en medicina, conocer y tratar precozmente todas estas
alteraciones, evita una evolución que comprometa tanto al paciente como a
su relación de pareja.