Como especialista en rehabilitación medica y sexología
clínica, hemos encarado de forma más específica, la rehabilitación de la
erección en los pacientes sometidos a
cirugía prostática, radioterapia o a su combinación, lo cual genera una
disfunción eréctil muy acusada.
Ante la presencia del cáncer de próstata, el Urólogo se ve
en la obligación de salvar la vida del paciente. Todos estaremos de acuerdo con
ese razonamiento.
Como consecuencia, en una alta frecuencia, se altera la
erección debido a la lesión de los nervios cavernosos que lleva a la
disminución de la oxigenación y fibrosis de ese tejido el cual es el
responsable de la erección.
No solo la cirugía radical de próstata es responsable de
estas fallas. El cáncer de vejiga o el cáncer colo-rectal que obligan a cirugía
y/o radioterapia, pueden comprometer seriamente la función eréctil y la calidad
de vida del paciente.
A mayor lesión neurológica, mayor será el compromiso
eréctil.
En el cáncer de próstata localizado, es decir, limitado a la
glándula, la cirugía radical es la mejor opción terapéutica. La preservación
del paquete neurovascular (bandeletas neurovasculares) sería fundamental para
mantener una adecuada respuesta eréctil. Sin embargo, las investigaciones
publicadas difieren mucho de sus buenos resultados, ya que hablan de entre un
20 y un 90 % de buen pronostico. Por lo que no deja nada en claro.
La cirugía de próstata, por otra parte, genera acortamiento
peneano, en el 70% de los casos, disminución del deseo sexual en el 60 al 80%
de los pacientes, eyaculación retrograda y orgasmo con incontinencia, llamada
Climacturia, en más del 60% de los varones operados.
Durante la cirugía de la próstata o en las otras patologías
que antes mencionamos, se pueden lesionar los nervios cavernosos total o
parcialmente. La extrema proximidad de estos nervios con la próstata, hace muy
difícil su preservación.
Si la lesión del nervio es parcial, su recuperación puede
tardar entre 2 y 4 años. Si la lesión es total, el nervio no se recupera.
Durante ese periodo de tiempo no se producen erecciones
naturales lo cual disminuye la oxigenación cavernosa lo que lleva a la generación de fibrosis en el cuerpo
eréctil del pene (cuerpo cavernoso) con la consiguiente disfunción eréctil.
A la lesión neurológica, en algunos casos, debe agregarse la
ligadura de las arterias pudendas accesorias que comprometen más aun la
oxigenación del pene.
El paciente sometido a radioterapia externa sufre de
disfunción eréctil que según diferentes investigadores, puede alcanzar el 85 %
de los casos. La acción de la radioterapia afecta vasos arteriales y venosos
(en este caso produciendo la llamada fuga venosa), pero además lesiona el
musculo liso cavernoso y el endotelio vascular, básicos para la erección.
La falla de la erección por radioterapia puede aparecer
desde los 6 meses a los 2 años luego de la aplicación.
La Braquiterapia, (colocación de semillas radiactivas en la
próstata) también genera disfunción eréctil en cerca del 60% de los casos en
plazo similar al visto anteriormente.
Si a la cirugía o a la radioterapia se le agregan factores
de riesgo vascular como diabetes, hipertensión arterial, dislipemias,
tabaquismo u otros o su concomitancia, peor y más grave serán los efectos sobre
la función eréctil.
Posiblemente en el futuro, otra forma de aplicar la
radioterapia, reduzca esos efectos adversos.
El cáncer de vejiga altamente agresivo, exige una cirugía
que elimina, próstata, vesículas seminales
y ganglios cercanos con lo cual, mantener una respuesta eréctil adecuada
es muy difícil y más aun si se debe agregar como a menudo sucede, radioterapia.
La rehabilitación peneana, tiene a través de sus distintas
opciones terapéuticas, los siguientes objetivos:
-
Prevenir las alteraciones del musculo liso
cavernosos.
-
Limitar la fuga venosa.
-
Retomar y/o mejorar la función eréctil.
El éxito de esa rehabilitación dependerá, del grado de
preservación de los nervios erectores, de cómo era la erección antes del
tratamiento oncológico, del efecto vascular de la cirugía y de la existencia o
no de enfermedades previas.
Opciones terapéuticas.
Si bien no existe un consenso universal de cómo debe ser el
tratamiento, si es claro que debe ser lo más precoz posible.
Medicación vía oral (sildenafil o tadalafil) asociada a las
inyecciones intracavernosas son sin duda, en nuestro medio, la mejor
opción. Otras, son discutibles.
(Adaptado del texto "Tratado de andrologia y medicina sexual" . Natalio Cruz. 2012 Editorial Medica Panamericana. Capitulo 75. pag 630 a 636.
(Adaptado del texto "Tratado de andrologia y medicina sexual" . Natalio Cruz. 2012 Editorial Medica Panamericana. Capitulo 75. pag 630 a 636.
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