lunes, 6 de julio de 2015

BREVE EPOPEYA DEL DIABETICO.



A lo largo de los años, hemos tratado una importante cifra de pacientes portadores de Diabetes. Es así que también eso, nos permitió conocer un vasto abanico de personas, hombres en el caso que nos compete, de diferentes edades, niveles socio-económicos y culturales, lo que nos ha generado una buena experiencia no solo en el tratamiento de las Disfunciones sexuales, sino también, como médicos, en el manejo de quien es portador de  ésta enfermedad metabólica crónica.
Dentro de ese abanico de pacientes diabéticos tratados desde años atrás y de los cuales, muchos de ellos persisten bajo nuestra supervisión, existen pacientes  insulino dependientes,  pacientes que se tratan con medicación exclusivamente vía oral, otros que combinan la insulina con la vía oral y un grupo de sujetos que con dieta y ejercicio, no requieren ninguna medicación. Debemos decir que este grupo es el menor, por lo menos en lo que respecta a nuestro archivo personal.
También debemos decir que no en todos los casos ni mucho menos, nuestros pacientes, al momento de su primera consulta, tienen una conciencia plena de su enfermedad metabólica de base. Diríamos que es excepcional recibir un paciente diabético del tipo que sea, con controles adecuados  de su glucemia, hemoglobina glucosilada y con un correcto seguimiento del tratamiento indicado por su diabetologo. Pero, debo quebrar una lanza por los pacientes cuando hablamos de los controles con su diabetologo. No es culpa del diabético que deba esperar 3 o 4 meses para ver al especialista. Lamentablemente y hasta ahora, el sistema de salud no favorece a todos los usuarios del mismo.
Uno de los primeros “consejos” que damos a aquellos que nos eligieron a la hora de tratar su Disfunción Sexual, es que,  si quiere tratarse con nosotros, es indispensable que controle y trate su afección a conciencia. No es grato para ningún profesional de la Medicina que se le achaque ineficacia de su enfoque terapeutico cuando no es su responsabilidad. Y lamentablemente, esto es muy común.
El tema que más aqueja a los varones diabéticos en lo sexual, es la falla de la erección. En algunos casos es la señal de que el paciente es diabético y puede ser su primera manifestación clínica. En la primera consulta, este paciente nos cuenta como comenzaron sus problemas de erección, cuanto lleva de evolución y muchas veces, cuando ya se había empezado a tratar indicado o no por su médico, con fármacos por vía oral,  nos hace una clara referencia a que el fármaco en el principio fue excelente, luego, meses o años después, debió aumentar la dosis, luego ya esa dosis máxima del fármaco no era efectiva por lo que cambio de marca, luego cambio el tipo de medicación y luego, ya nada dio resultado.
Es en ese momento cuando después de mucho pensarlo, padecerlo, sufrir muchas veces las recriminaciones de su pareja, angustiarse en silencio, sentir vergüenza por algo que solo le debe de suceder a él, decide hacer una consulta. Lo primero, por supuesto es consultar en su mutualista, en donde después de 2, 3 o 4 meses, podrá llegar a su médico de referencia el cual, con su mejor voluntad le indicara que tome los fármacos que él ya ha tomado y que ya dejaron de ser efectivos. Y desde ahí, la debacle. Desde ahí, ya se considera desahuciado. Ya no hay nada más que hacer. “Ya no soy un hombre”, “porque a mí”, “a nadie le pasa esto”, etc,  etc.
Esto, en resumen, es lo que sucede en la historia personal de nuestros pacientes. Y es desde ahí que comienza el largo proceso de convencer a los varones que, si bien, probablemente no logre una respuesta eréctil como tenían a los treinta años de edad, van a lograr cambios interesantes  si  siguen nuestros consejos. A veces simples, a veces más complejos. A veces con una medicación de uso transitorio, y otras  veces con medicación para toda la vida y para cada encuentro erótico.
Pero, y volviendo un poco al principio de esta columna, la respuesta a los tratamientos que nosotros podemos llegar a realizar, va a depender del grado de compromiso del paciente con el cuidado de su diabetes.
La experiencia por nosotros lograda nos ha permitido acuñar un axioma, “SUBE LA GLUCEMIA, BAJA EL PENE”.

Dr. Carlos Russo- Dr Andres Saltre.




lunes, 4 de agosto de 2014

INSUFICIENCIA RENAL CRONICA Y SEXUALIDAD

La Insuficiencia Renal Crónica y su relación con nuestro desempeño sexual


El aumento de la glucemia en el diabético, produce un engrosamiento de la pared de los pequeños vasos sanguíneos. Eso lleva a la microangiopatía diabética, complicación crónica que puede concluir entre otras afecciones, en la Nefropatía diabética (lesión renal) y de ahí, en la insuficiencia renal crónica.

Nos podemos preguntar, ¿qué relación tiene esta complicación, con nuestro desempeño sexual?

El problema radica en que la lesión renal produce disfunción endotelial y por ende, trastornos de la fase de excitación que en la mujer, se traduce en disminución de la lubricación vaginal y en el varón, disminución de la erección.

Más adelante, veremos, el resto de las consecuencias sobre nuestra sexualidad.

Si bien, la insuficiencia renal crónica, puede ser originada por distintas afecciones, se sabe que hoy en día, 6 de 10 pacientes en diálisis, son diabéticos.

Si consideramos que, según distintos autores, hasta un 80% de los diabéticos pueden sufrir disfunción eréctil, tenemos que de 10 pacientes hombres en diálisis, 6 son diabéticos y 5 tienen disfunción eréctil, sólo por la diabetes.

No hay cifras concretas del porcentaje de afección de la excitación femenina, pero sabemos que existe si, una clara influencia vascular en la diabetes y en la insuficiencia renal crónica.

Debemos saber que la insuficiencia renal crónica, tiene, por distintos razones, influencia en nuestra sexualidad, y no sólo por causas vasculares.

De por sí, cualquier enfermedad crónica que produzca un malestar persistente, influye en el deseo sexual en lo psicológico.

A eso debemos agregar la disminución de la testosterona (hormona del deseo, tanto en hombre como en la mujer), a consecuencia de la insuficiencia renal crónica.

Es frecuente el prurito (picazón) generalizado sobre todo cuando no se ha empezado el tratamiento.

La anemia, es otro elemento que, al disminuir el tenor de oxígeno en sangre, genera menor oxigenación y por ende disminución de la lubricación y disfunción eréctil.

En un grupo de pacientes de los cuales 80% eran trasplantados y 20% estaban en diálisis y con un promedio de edad de 40 años, todos presentaron disfunción eréctil. ( Lue 1998).

La misma, era independiente de enfermedad vascular generalizada, pero sí, dependía de una enfermedad vascular de las arterias que llegan al pene y en el 90% de estos pacientes, se asociaba la alteración del sistema venoso que retiene la sangre en el pene, durante la erección. A esta alteración se la conoce como síndrome veno-oclusivo.

Se comprobó además que, los pacientes sometidos a tratamiento precoz de su insuficiencia renal crónica, tardan más en desarrollar una disfunción eréctil.

Tanto en el varón como en la mujer, se compromete no solo la fase vascular de la respuesta sexual, sino también, debido a los frecuentes fracasos va disminuyendo el deseo sexual y se altera la fase orgásmica.

En la mujer el orgasmo se retarda o desaparece, lo que conocemos como anorgasmia.

En el varón el orgasmo puede estar acelerado cuando la falla eréctil genera una compensación involuntaria al quererse aprovechar la respuesta que se obtuvo desencadenándose la eyaculación en forma precoz.

En otros varones, se retarda el orgasmo, como consecuencia de la neuropatía asociada a la insuficiencia renal crónica.
Como siempre en medicina, conocer y tratar precozmente todas estas alteraciones, evita una evolución que comprometa tanto al paciente como a su relación de pareja.

PARTE DE UNA ENTREVISTA SOBRE EL TEMA DE LA DISFUNCIÓN ERECTIL



1)      ¿Es un mito o una realidad que existan problemas de erección con tanta frecuencia en nuestro país?
En Uruguay, como en casi todo el mundo, los problemas de erección tienen una muy alta frecuencia. Prácticamente, uno de cada cuatro varones sufre esta dificultad.
2)      ¿Se puede decir que en la mayoría de los casos, la causa es como se consideraba años atrás, de origen sicológica?
Eso básicamente depende de la edad del paciente que consulta. En sujetos jóvenes su causa es principalmente sicológica pero después de los 45 años de edad, ya van apareciendo problemas orgánicos, es decir, de causa física.
3)      ¿ A groso modo, cuál sería la causa básica, o primaria de la disfunción eréctil por encima de esos 45 años de edad.
La causa que más comúnmente se puede encontrar es aquella de origen vascular- arterial. Esto es, déficit de la circulación sanguínea en los cuerpos cavernosos del pene que son los órganos eréctiles.
4)      Dice  usted que la causa más frecuente de la disfunción eréctil es vascular- arterial. ¿Qué ejemplos nos puede dar?
Para contestar esa pegunta tenemos que hacer referencia a los llamados factores de riesgo vascular.
Encontramos entonces enfermedades como: diabetes mellitus, hipertensión arterial, trastornos de las grasas sanguíneas, tabaquismo, sedentarismo, obesidad, antecedentes de coronariopatía, antecedentes familiares de estas patologías que nombramos, stress crónico mantenido, síndrome metabólico, entre otras causas.
5)      Y de esas causas, ¿cuales serian en Uruguay, las más frecuentes?
Muchas de esas causas están presentes en nuestra población. La hipertensión arterial se ve en el 35% de los uruguayos de ambos sexos. La diabetes conocida y tratada, bien o mal, ronda el 7%, pero si tomamos como ejemplo a los pacientes que tenemos registrados en nuestro consultorio, llega al 23%.
Uno de los grandes problemas que encontramos es la combinación de tres o más factores de riesgo vascular lo que hace más complicado el cuadro y disminuye la eficacia de los fármacos con los que se cuenta para el tratamiento por vía oral.
6)      ¿Si un varón controla y trata correctamente su enfermedad de base, desaparece el problema sexual?
Si bien es una condición no discutible el controlar y tratar de la mejor manera las enfermedades comentadas, eso no es garantía de que desaparezca el problema ya que muchas veces el daño vascular fue tan importante y durante tanto tiempo que siempre se requeriría una medicación determinada para lograr la erección.
7)      La falla de la erección, ¿qué porcentaje ocupa en la consulta suya?
Constituye el 74% del motivo de consulta en nuestra clínica.
8)      ¿a qué edades se consulta más sobre este tema?
Si bien tenemos pacientes que han consultado entre los 18 y los 95 años de edad, el mayor porcentaje se encuentra entre los 60 y los 79 años de edad. De todas maneras debemos decir que si bien la disfunción eréctil aumenta con la edad, el número de consultas disminuye pues los pacientes de más de 80 años muchas veces creen que ya no hay nada para hacer. Por suerte no es tan así.
9)        Significa que a esas edades ¿también se pueden lograr resultados positivos con algún tratamiento?
Por supuesto que sí. Lógicamente en esos pacientes debemos valorar muy bien sobre todo el estado Cardiovascular dado que una relación sexual de por sí es un ejercicio importante. Cuando la sexualidad se ha estado ejerciendo, a pesar de tener problemas, ese paciente, añoso, tiene un entrenamiento que favorece la terapéutica.
10)  ¿Qué otros elementos se deben valorar a la hora de establecer un tratamiento de la disfunción eréctil?
Es muy importante realizar una correcta y completa historia clínica así como un examen físico general y genital en particular, donde nos interesa la valoración de los pulsos cavernosos. También es fundamental conocer la medicación que el paciente recibe ya que nos da la pauta de las enfermedades que padece y de la posibilidad de una terapéutica en particular.
11)  ¿se puede decir que se logre la curación en el 100% de los casos?
Se puede decir, pero es mentira. Eso es comercio puro. Algunos pacientes piden garantías. Nosotros garantizamos nuestro esfuerzo pero no podemos garantizar nada que dependa del comportamiento del paciente fuera del consultorio y muchas veces la gente hace trampas al solitario.


REHABILITACION DE LA FUNCION ERECTIL



Como especialista en rehabilitación medica y sexología clínica, hemos encarado de forma más específica, la rehabilitación de la erección  en los pacientes sometidos a cirugía prostática, radioterapia o a su combinación, lo cual genera una disfunción eréctil muy acusada.

Ante la presencia del cáncer de próstata, el Urólogo se ve en la obligación de salvar la vida del paciente. Todos estaremos de acuerdo con ese razonamiento.

Como consecuencia, en una alta frecuencia, se altera la erección debido a la lesión de los nervios cavernosos que lleva a la disminución de la oxigenación y fibrosis de ese tejido el cual es el responsable de la erección.

No solo la cirugía radical de próstata es responsable de estas fallas. El cáncer de vejiga o el cáncer colo-rectal que obligan a cirugía y/o radioterapia, pueden comprometer seriamente la función eréctil y la calidad de vida del paciente.

A mayor lesión neurológica, mayor será el compromiso eréctil.

En el cáncer de próstata localizado, es decir, limitado a la glándula, la cirugía radical es la mejor opción terapéutica. La preservación del paquete neurovascular (bandeletas neurovasculares) sería fundamental para mantener una adecuada respuesta eréctil. Sin embargo, las investigaciones publicadas difieren mucho de sus buenos resultados, ya que hablan de entre un 20 y un 90 % de buen pronostico. Por lo que no deja nada en claro.

La cirugía de próstata, por otra parte, genera acortamiento peneano, en el 70% de los casos, disminución del deseo sexual en el 60 al 80% de los pacientes, eyaculación retrograda y orgasmo con incontinencia, llamada Climacturia, en más del 60% de los varones operados.

Durante la cirugía de la próstata o en las otras patologías que antes mencionamos, se pueden lesionar los nervios cavernosos total o parcialmente. La extrema proximidad de estos nervios con la próstata, hace muy difícil su preservación.

Si la lesión del nervio es parcial, su recuperación puede tardar entre 2 y 4 años. Si la lesión es total, el nervio no se recupera.

Durante ese periodo de tiempo no se producen erecciones naturales lo cual disminuye la oxigenación cavernosa lo que  lleva a la generación de fibrosis en el cuerpo eréctil del pene (cuerpo cavernoso) con la consiguiente disfunción eréctil.

A la lesión neurológica, en algunos casos, debe agregarse la ligadura de las arterias pudendas accesorias que comprometen más aun la oxigenación del pene.

El paciente sometido a radioterapia externa sufre de disfunción eréctil que según diferentes investigadores, puede alcanzar el 85 % de los casos. La acción de la radioterapia afecta vasos arteriales y venosos (en este caso produciendo la llamada fuga venosa), pero además lesiona el musculo liso cavernoso y el endotelio vascular, básicos para la erección.

La falla de la erección por radioterapia puede aparecer desde los 6 meses a los 2 años luego de la aplicación.

La Braquiterapia, (colocación de semillas radiactivas en la próstata) también genera disfunción eréctil en cerca del 60% de los casos en plazo similar al visto anteriormente.

Si a la cirugía o a la radioterapia se le agregan factores de riesgo vascular como diabetes, hipertensión arterial, dislipemias, tabaquismo u otros o su concomitancia, peor y más grave serán los efectos sobre la función eréctil.

Posiblemente en el futuro, otra forma de aplicar la radioterapia, reduzca esos efectos adversos.

El cáncer de vejiga altamente agresivo, exige una cirugía que elimina, próstata, vesículas seminales  y ganglios cercanos con lo cual, mantener una respuesta eréctil adecuada es muy difícil y más aun si se debe agregar como a menudo sucede, radioterapia.

La rehabilitación peneana, tiene a través de sus distintas opciones terapéuticas, los siguientes objetivos:

-          Prevenir las alteraciones del musculo liso cavernosos.

-          Limitar la fuga venosa.

-          Retomar y/o mejorar la función eréctil.

El éxito de esa rehabilitación dependerá, del grado de preservación de los nervios erectores, de cómo era la erección antes del tratamiento oncológico, del efecto vascular de la cirugía y de la existencia o no de enfermedades previas.

Opciones terapéuticas.

Si bien no existe un consenso universal de cómo debe ser el tratamiento, si es claro que debe ser lo más precoz posible.

Medicación vía oral (sildenafil o tadalafil) asociada a las inyecciones intracavernosas son sin duda, en nuestro medio, la mejor opción.  Otras, son discutibles.

(Adaptado del texto "Tratado de andrologia y medicina sexual" . Natalio Cruz. 2012 Editorial Medica Panamericana. Capitulo 75. pag 630 a 636.










jueves, 27 de junio de 2013

OBESIDAD Y SEXUALIDAD



La obesidad, nos interesa particularmente por su alta frecuencia y por las consecuencias que tiene sobre la sexualidad pero también, sobre la calidad de vida de las personas.
Es un factor de riesgo vascular, conduce a la diabetes, hipertensión arterial, dislipemias, insuficiencia cardíaca, respiratoria y serios trastornos del aparato locomotor.
 La obesidad es simplemente el resultado de una ecuación; si consumimos más energía de la que gastamos, engordamos pues ese exceso de energía se almacena en el tejido adiposo en forma de grasa.
El origen de la obesidad es doble: por un lado, es genética (70%) que tiene mucho que ver con la obesidad mórbida. Por otro lado, su origen puede ser ambiental como consecuencia de la alimentación y el sedentarismo.

El grado de obesidad se calcula por el índice de masa corporal, el cual es el resultado de dividir el peso sobre el cuadrado de la altura.

Si pesamos 75 kg y medimos 1.80 metros, la ecuación sería 1.80 x 1.80 dividido 75, eso nos da un valor el cual, según la Organización Mundial de la Salud, es normal entre 18,5 y 24,9.

Si el valor va de 25 a 29,9, se considera como preobeso.

A partir de ahí tenemos:

Obeso clase I  cuando el valor es de 30  a 34,9

Obeso clase II cuando el valor es de 35  a 39,9

Obeso clase III cuando el valor es mayor de 40 

La obesidad puede llegar a influir tanto física como psíquicamente, sobre la sexualidad.
Favorece la discriminación, el autoaislamiento y la baja autoestima.

Durante la adolescencia, la joven obesa sufre más que el varón obeso. De ahí es que nos interesa que los padres de niños obesos tomen cartas en el asunto desde temprano.
El niño obeso, frecuentemente sufre del complejo del pene pequeño debido a que los muslos y pliegues suprapúbicos lo ocultan.

La dificultad del obeso en visualizar sus genitales, conducen a la desexualización.
La depresión es más  frecuente   que en la población  general.
Los trastornos del esquema corporal, las mayores limitaciones en el vestido y el verse limitado también en actividades deportivas, genera sentimientos de inferioridad.
En la mujer obesa, en general la primera relación sexual es poco placentera, las posturas coitales son más difíciles de adoptar y el orgasmo es menos frecuente, sólo del 50%.
La disminución del deseo sexual es más frecuente en la mujer obesa.

En lo físico, una serie de enfermedades que acompañan a la obesidad, repercuten desfavorablemente en la vida sexual de los obesos.
Encontramos entonces, tanto en hombres como en mujeres:
Insuficiencia cardiaca congestiva e hipertensión arterial.
Insuficiencia respiratoria restrictiva con disminución de la ventilación y de la oxigenación.
Tanto las afecciones cardiacas como respiratorias afectan la sexualidad ya que limitan toda forma de ejercicio físico y pensemos que el coito, exige un cierto grado de esfuerzo.

Como vimos anteriormente, la obesidad genera frecuentemente diabetes, por ende, la vasculopatía que sigue a su evolución cuando los controles no son los adecuados, genera mayores problemas tanto en el varón como en la mujer, específicamente sobre la fase de excitación, erección y lubricación, respectivamente.
Ciertas afecciones endocrinas secundarias al aumento excesivo de peso, dan por consecuencia una alteración de las hormonas sexuales con repercusión sobre la respuesta sexual.

La repercusión que la obesidad tiene sobre el sistema osteoarticular, puede generar  con el tiempo, artrosis de grandes articulaciones.
La artrosis de cadera y de  rodilla, genera limitaciones de los movimientos en la vida diaria y en el desarrollo de la sexualidad.
Cuando un paciente se ve obligado a recibir una prótesis de una de estas articulaciones, se generan mayores dificultades ya que se debe limitar los arcos de movimiento lo que limita las posturas coitales,  sobretodo en la prótesis de cadera.

En definitiva, si bien todos sabemos que estar obesos no es saludable, muchas veces nos abandonamos y vamos entrando en un círculo vicioso de falta de actividad física, aumento de la ingesta por ansiedad o simplemente por aburrimiento, limitación en la búsqueda de los placeres que nos brinda la vida, y lo que es peor, el conformismo con esa situación.

Salir de ese círculo, es posible pero muchas veces, no se puede lograr sin ayuda.


 DR. CARLOS RUSSO