Definición: es una variante normal de la orientación sexual y donde se da la atracción hacia personas del mismo sexo.
Básicamente, la homosexualidad se puede vivir de dos maneras:
Homosexualidad egosintónica, que es cuando esa orientación es vivida sin ningún tipo de malestar, u Homosexualidad egodistónica, cuando el individuo, explícitamente, manifiesta como fuente de malestar.
Ambas formas, de todas maneras, fueron excluidas de las clasificaciones de trastornos mentales.
Hasta
hace 40 años, eran consideradas como perversiones sexuales, ( lo que
ahora se conoce como parafilias), ya que en ella se decía, existía una
desviación del objeto del deseo.
Cuando
escuchamos la palabra Gay, de origen inglés, se refiere específicamente
a un modelo de homosexualidad masculina en donde no existe, en esa
pareja diferencias en los roles masculino-femenino a diferencia del
modelo latino, en donde hay una clara diferenciación en esos roles y
donde se asume la masculinidad o la femineidad con firmeza.
El
término lesbianismo en la homosexualidad femenina, proviene del griego
teniendo su origen en la Isla de Lesbos (hoy llamada Mitilene).
La
atracción entre dos personas del mismo sexo es parte del desarrollo
normal en la mayoría de los jóvenes antes y durante la pubertad.
A medida se alcanza la madurez, se va definiendo la orientación sexual, que en su enorme mayoría, es heterosexual.
Alfred
Kinsey, un reconocido investigador estadounidense, quien precedió a
Masters y Johnson en sus estudios y que luego ellos retomaron, creó una
escala de orientación sexual que consta de 7 categorías, desde el 0,
exclusivamente heterosexual, hasta 6 exclusivamente homosexual.
El punto medio, 3, representa la bisexualidad, esto es, relaciones con personas de ambos sexos.
Es
prácticamente imposible, hacer un calculo del total de personas que
ejercen esta opción sexual, ya que además cabría preguntarse si se
agrega la homosexualidad facultativa, la cual se refiere a los casos en
donde existe una separación forzosa o forzada de los sexos (colegios,
prisiones, embarcaciones, etc.)
Es
importante aclarar algunos términos que con elevada frecuencia
escuchamos y confundimos. Me refiero al travestista, al transexual, al
afeminado y a la marimacho.
El travestista, término que se aplica exclusivamente al varón, es por lo general un hombre heterosexual, que requiere vestirse con ropas femeninas para excitarse sexualmente, manteniendo relaciones sexuales con mujeres.
En ocasiones, el travestista, puede ser homosexual, en general son lo que se conocen como travestis.
Muchos de ellos, ejercen la prostitución vistiendo ropas femeninas como forma de excitar al probable cliente.
El transexual, en cambio es aquel que presenta un trastorno de la identidad sexual. Se da en hombres y en mujeres.
Para
entenderlo: si es un varón transexual, su biología es total y
absolutamente masculina, pero se siente a sí mismo como mujer, actúa
como varón pero le atraen los varones.
El
transexual, puede o no ser también un travestista, o sea ya que se
identifica con el sexo opuesto, puede vestirse como tal para disminuir
su angustia.
El
afeminado, es aquel varón, que ha estado en un medio rodeado de mujeres
y adoptó ademanes, formas de hablar y conductas femeninas pero:
biológicamente es totalmente masculino, se siente hombre, le atraen las
mujeres pero actúa más o menos como mujer.
La llamada marimacho es la variante femenina del varón afeminado.
Significa
que, es biológicamente una mujer, se siente a sí misma como mujer, le
atraen los hombres pero actúa más o menos como varón.
En algunos casos, el afeminado o la marimacho, pueden ser homosexuales, pero sólo en algunos casos.
Mucho
se ha hablado sobre las causas de la homosexualidad, de la existencia
de un gen homosexual, de que es lo que hace que una persona sea
homosexual, de diferencias a nivel cerebral, de la herencia, de las
hormonas, del psiquismo etc..
Personalmente,
nos preguntamos, ¿qué importancia tiene el que halla una causa, muchas
causas o ninguna causa? ¿Investigar su origen, no es en definitiva otro
modo de discriminación?
¿Compete a la ciencia el investigar algo que le es ajeno, si no se es homosexual?
En el año de 1974, la Asociación Norteamericana de Psiquiatría decidió oficialmente que la homosexualidad no era una enfermedad.
Si
bien, ninguna asociación de lo que sea, puede, creo yo, por decreto,
decidir que una u otra entidad es o no una enfermedad, la población lo
aceptó, salvo sectores con mentalidad granítica que aún hoy, 40 años
después siguen discriminándole como una enfermedad.
A
pesar de todo, la homofobia, esto es, la hostilidad y el miedo hacia lo
homosexual, existe, incluso en el cuerpo médico y lo que es peor en
algunos profesionales de la sexología, en donde, hemos sido testigos de
burlas y de desprecio.
Pero
también la comunidad de homosexuales, discrimina a veces al que no lo
es, o realiza actos tratando de estimular a otros homosexuales a que se
manifiesten.
Personalmente
creo que, el reconocimiento público de la opción homosexual, debe
quedar librada a la voluntad de aquel que ejerce esa opción.
Esto
es, si un homosexual, desea mantener su actividad en el más absoluto
secreto, su comunidad, no tiene porque obligarlo a pronunciarse
públicamente.
Esto sería, libertad sexual.
Dr. Carlos Russo Fiorentin.
Flores Colombino, Andrés.: Sexo, Sexualidad y Sexología, Editorial Dismar, 4ª
Edición, Montevideo, 1992.
Flores Colombino, Andrés.: Diccionario de Sexología, Grupo Editor- Fin de Siglo,
Montevideo, 1997.
Masters, W. H., Johnson, V. E., Kolodny, R. C.: La Sexualidad Humana, Editorial
Grijalbo, Barcelona, 1987.
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