La próstata es una glándula ubicada debajo de la vejiga rodeando a la uretra más proximal.
En
condiciones normales, su peso es de 20 a 25 gramos y tiene un diámetro
de tres centímetros aproximadamente. A lo largo de los años se produce
un lento aumento de tamaño, aunque no en todos los varones.
El
desarrollo y crecimiento de la próstata dependen de la testosterona y su
función radica en generar parte del semen y dar mayor poder fecundante
al mismo.
Además, protege contra las infecciones urinarias.
Por último,
mantiene la continencia de la orina sobre todo por la presencia del
esfínter de la uretra. Este es un musculo que al estar contraído,
comprime la uretra y evita la salida involuntaria de la orina.
Hay tres enfermedades principales que puede padecer la próstata; la Hiperplasia Prostática Benigna (HPB), el Cáncer y las prostatitis.
Hoy
nos vamos a referir solamente a la HPB, porque es la enfermedad más
frecuente del adulto y anciano, porque dos de cada diez pacientes que la
padecen deben ser operados, porque altera la calidad de vida en lo
laboral y en el descanso, y porque genera síntomas de obstrucción
urinaria.
La
HPB es una afección en general de lenta tendencia evolutiva que se
inicia en la cuarta década de la vida pero que no obligatoriamente está
condenada a una evolución que obligue a una cirugía.
Las
causas más conocidas tienen que ver con el envejecimiento y con la
presencia de la testosterona y sus metabolitos. Por otra parte influye
también el balance entre la muerte celular natural y la proliferación
celular.
En la HPB ese desequilibrio favorece la proliferación y por ende el crecimiento.
Ese
lento crecimiento de la próstata, puede llegar a producir una serie de
síntomas. Entre ellos, la obstrucción urinaria y luego, alteraciones de
la función de la vejiga.
Esto aparece alrededor de los 50 años de edad pero con una evolución muy variable.
Los síntomas pueden deberse al llenado de la vejiga o a su vaciado.
Si están vinculados al llenado, pueden:
- Hacer que el varón deba orinar más frecuentemente en el día y sobre todo molestarlo más en la segunda mitad de la noche.
- Generar urgencia para orinar y a veces, perdida de orina por esa urgencia
Si están vinculados al vaciado, pueden dar:
- Dificultad para orinar o demora en iniciar la micción.
- Afinamiento del grosor del chorro de orina o chorro entrecortado.
- Goteo de orina al terminar.
- Retención de orina que puede obligar a la colocación de una sonda.
- Sensación al orinar de quedar siempre con ganas de seguir orinando y no poder.
Cuando
se interroga al paciente se deben descartar afecciones que se comporten
en forma similar, la diabetes, las demencias y ciertas afecciones
neurológicas.
Se debe conocer en profundidad la capacidad de lograr una erección y la calidad de las mismas.
Examen físico:
El especialista, Urólogo en este caso, debe centrar su atención en el examen del aparato urinario, los genitales y el tacto rectal.
A través del tacto rectal, examen imprescindible, el médico determina las características de esa próstata.
En la HPB, esta se palpa uniforme en general, elástica, con límites precisos y el surco medio borrado.
Si aparecen zonas duras o irregulares, se debe proceder a una biopsia y descartar el cáncer de próstata.
Palpar una glándula como normal pero con síntomas obstructivos, obliga a la realización de exámenes paraclinicos.
Paraclinica:
Se debe siempre valorar la función renal, el antígeno prostático especifico (PSA) y la ecografía del aparato urinario.
La Ecografía muestra el tamaño de la próstata y el residuo vesical entre otros elementos.
Otros exámenes más, se realizarían en condiciones especiales, entre ellos la biopsia.
Tratamiento:
Dependerá
del cuadro clínico. Desde la vigilancia y las medidas
higienico-dieteticas pasando por el tratamiento médico y por último, la
cirugía.
Tanto
el tratamiento médico como el quirúrgico, generan en un alto porcentaje
de pacientes, trastornos de la erección a veces, total. La
eyaculación retrograda o sea hacia la vejiga, es consecuencia de la
cirugía. Esto no sucede en caso de eliminarse tambien las vesiculas seminales.
La
erección la podemos tratar y devolver con diferentes opciones
terapéuticas, no así la eyaculación retrograda debido al cambio
anatómico generado.
DR. CARLOS RUSSO.
DR. CARLOS RUSSO.
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